Míriam se reconoce como una niña extremadamente ordenada y un poco “mandona”.
Cree que fue a raíz de hacer la primera comunión que empezó a entender que necesitaba dar salida a esa manera de ser.
Estas dos características de su personalidad, el órden y la capacidad de mando, la siguieron acompañando en su juventud, y cuando tuvo que decidir su futuro, encontró en la abogacía la salida profesional que le ofrecía la mejor respuesta a su manera de entender la vida.
En el derecho encontró orden, y poder ayudar a los demás. Orden encajado en una serie de normas, y capacidad de ayuda para hacer bien las cosas en beneficio de otras personas, como siempre le había gustado.
Ya en el orden profesional, si tienes conflictos personales o en tu empresa, en Míriam encontrarás dedicación, disponibilidad e inmediatez para resolverlos.